Acostumbrar al perro al transportín es un entrenamiento que aprovecha los instintos naturales de tu perro para buscar un lugar cómodo, tranquilo y seguro cuando el entorno que le rodea es demasiado ruidoso o abrumador.
Las jaulas y los transportines son una de las formas más seguras de llevar a nuestros peludetes en el coche, por lo que acostumbrarles a usarlo es muy importante.
Su uso también se extiende como herramienta para evitar que nuestros perros muerdan y traguen objetos que puedan llegar a ser peligrosos para ellos o causarles una obstrucción intestinal limitando su acceso a otras zonas de nuestro hogar mientras aprenden algunas normas de comportamiento (siempre pensando en su bienestar y protección). Para estos fines, mi recomendación es que acudas a un educador canino profesional o a un etólogo ya que tendrá que valorar si es necesario o no el uso del transportín en casa, para que lo quieres usar y si hay otras formas de abordar los problemas que podáis tener.
Descargo de responsabilidad: Este artículo lo he escrito después de documentarme mucho, pero no soy educadora ni etóloga. La finalidad es que tengas una orientación con unos pasos básicos sobre cómo abordar el proceso de aprendizaje de tu perro al transportín para después poder usarlo en vuestros viajes en coche. Cualquier duda sobre el comportamiento de tu perro con el transportín o para utilizarlo con otras finalidades, debes consultarlo siempre con un profesional especializado. Contacta con tu etólogo o educador de confianza. Si no tienes ninguno, puedes consultarlo y te orientaré cuales son los que tienen mejor reputación en tu zona.
En este artículo me voy a centrar exclusivamente a acostumbrar al perro al transportín para su uso en viajes.
Avisos y precauciones para el uso de transportines y jaulas
- El transportín y la jaula no son soluciones mágicas para comportamientos caninos habituales. Si no se utiliza correctamente, el perro puede sentirse atrapado y frustrado.
- No utilices NUNCA la jaula como castigo. Tu perro llegará a tenerle miedo y se negará a entrar en ella.
- No le dejes encerrado en una jaula mientras estás fuera de casa si no es por recomendación profesional (etólogos, educadores).
La jaula o el transportín que hayas elegido debe tener siempre una cama cómoda o una manta dentro y la puerta debe dejarse abierta siempre para que tu perro pueda entrar cuando necesite un espacio seguro.
Elegir el transportín o la jaula
Existen varios tipos de transportines y jaulas:
- De plástico (también llamadas «jaulas de vuelo»)
- De tela sobre un marco rígido plegable
- Jaulas metálicas plegables
El transportín de tu perro debe ser lo suficientemente grande para que pueda ponerse de pie y darse la vuelta. Si tu perro es cachorro, elije un tamaño que se adapte al que tendrá cuando sea un perro adulto.
El proceso de aprendizaje
Acostumbrarse al transportín puede llevar días o semanas e incluso meses, dependiendo de la edad, el temperamento y las experiencias anteriores de tu perro. Es importante tener en cuenta dos cosas durante el aprendizaje: El transportín debe asociarse siempre con algo agradable y positivo y la práctica debe realizarse en una serie de pequeños pasos. No vayas demasiado rápido.
Paso 1: Presenta a tu perro al transportín
- Coloca el transportín en una zona de tu casa en la que paséis mucho tiempo, como el comedor. Quita la puerta y deja que el perro explore el transportín a su antojo. Algunos perros son curiosos por naturaleza y empiezan a dormir dentro enseguida. Si el tuyo no es uno de ellos acércate al transportín y háblale con un tono de voz alegre. Asegúrate de que la puerta del transportín esté abierta y asegurada para que no golpee a tu perro y se asuste.
- Anima a tu perro a entrar en el transportín dejando caer algunas pequeñas golosinas cerca, luego justo dentro de la puerta y, finalmente, hasta el fondo del transportín. Si al principio se niega a entrar del todo, no pasa nada; no le obligues a hacerlo.
- Sigue lanzando chucherías dentro del transportín hasta que tu perro entre tranquilamente para coger la comida. Si no le interesan las chuches, prueba a echarle su juguete favorito. Este paso puede durar unos minutos o varios días.
Paso 2: Acostumbrarse a la puerta cerrada
- Cuando tu perro esté cómodo con el transportín, empieza a premiarle cuando cierres la puerta.
- Al principio se debe cerrar la puerta e inmediatamente abrirla y premiarle. Luego ir aumentando el tiempo gradualmente: un segundo, dos segundos… y premiarle. Posteriormente le premiaremos con la puerta cerrada y luego la abriremos y así durante unos días.
- Hay que tener en cuenta que algunos peludines se acostumbran rápidamente, pero para otros, la transición a una puerta cerrada les puede suponer un problema. Para facilitar el proceso hay que elegir momentos en los que esté relajado y tener mucha paciencia.
- Si empieza a llorar o a mostrarse nervioso para que le dejes salir, seguramente hayas aumentado el tiempo demasiado rápido.
Paso 3: Practica las entradas y salidas
- Cuando veamos que nuestro peludo entra y sale del transportín y le cerramos la puerta sin que dé muestras de miedo o ansiedad, puedes empezar con las órdenes de entrada y salida.
- Esto es especialmente importante porque queremos evitar que nuestro amor de 4 patas salga corriendo en cuanto abras la puerta en un lugar que sea peligroso para él, sobre todo cuando viajamos.
- Para empezar este proceso llamaremos a nuestro perro para que se acerque a la transportín y le premiaremos.
- Luego le daremos la orden para que entre, como por ejemplo “entra” animándole a entrar tirando un premio dentro.
- Cuando tu perro entre en la transportín elógiale y cierra la puerta.
Repetimos el proceso con la palabra “sal” o la que hayamos elegido para salir y le premiaremos.
Consejos finales
Si no te ha quedado muy claro el proceso o no sabes si lo estás haciendo bien, Pat Educadora Canina tiene un vídeo que me gusta mucho y dónde explica los pasos súper bien.
Recuerda que el proceso de aprendizaje lleva su tiempo, hay que tener paciencia y no correr.
Por último, pero no menos importante, puede que al principio te de apuro pensar en encerrar en un transportín a tu peludito, pero debemos recordar que son animales que se sienten bien en un espacio resguardado y que lo sienten como un refugio (siempre que no sea una imposición ni un castigo ni le tengamos encerrado durante horas).
Tener el transportín en casa con la puerta quitada les permitirá usarlo cuando necesiten alejarse de tormentas, ruidos estresantes u otras situaciones en las que necesiten tranquilidad. Así cuando tengamos que usarlo para viajar en coche, ellos se sentirán mucho más cómodos y tranquilos y nosotros tendremos la seguridad que viajan en las mejores condiciones.
Te dejamos con el vídeo explicativo de Pat Educadora Canina para que puedas visualizar mejor el proceso.